Por diferentes vías como son:
El ozono médico puede ayudar a combatir bacterias, virus y hongos gracias a su potente capacidad oxidativa. A su vez, estimula la producción de enzimas antioxidantes que protegen nuestras células de los radicales libres, promoviendo así un mejor equilibrio redox en el organismo.
La ozonoterapia favorece la microcirculación, contribuyendo a una mejor distribución del oxígeno en el cuerpo. Esto puede beneficiar diversos tejidos y órganos, ayudando a optimizar la función celular y el rendimiento físico.
Al regular la respuesta inflamatoria y disminuir marcadores proinflamatorios, la aplicación de ozono puede atenuar dolencias asociadas a la inflamación crónica, como molestias articulares, musculares o digestivas, promoviendo un mejor estado de bienestar.
Algunos estudios sugieren que la ozonoterapia puede equilibrar la respuesta inmune, ya sea estimulándola en casos de inmunodeficiencia o modulándola cuando existe un exceso de respuesta inflamatoria. Esto contribuye a una mejor defensa del organismo y a una recuperación más rápida ante ciertas condiciones.